Los que nos dedicamos al marketing digital siempre hemos oído que lo más importante es el contenido que compartimos, la calidad de este y lo que deseamos expresar con él. Sin embargo, ya no es así.
Como todo, hemos evolucionado hacia nuevas tendencias y estrategias de marketing en las que, aunque el contenido sigue siendo muy importante, ya no es rey del marketing digital.
Ahora, debemos tener en cuenta otros factores y elementos del marketing que se encuentran por delante del contenido en la lista de importancia de una estrategia.
Desde que existen plataformas y redes sociales como Twitter e Instagram en las que podemos contar historias, es decir, hacer storytelling, se ha descubierto, como se descubrió hace cientos de años, que la gente quiere escuchar y ver historias. Al público le gustan las historias y, por suerte, tenemos las herramientas para contarlas.
Es por esto por lo que los analistas de los mercados impulsan a las marcas a que cuenten sus propias historias, pues les ayuda a mostrar una parte de ellos y a conectar con su público a través de sus historias. Esto ha resultado tener mucho éxito entre las marcas que apuestan por ello. Pero claro, tenemos un público muy exigente en internet, y no todas las historias funcionan igual.
La clave del éxito de lo que las marcas comparten reside en la capacidad de aumentar la interacción con el público. Por eso, los contenidos, desde aproximadamente 2018, se han enfocado en el usuario. Contar historias se convirtió en la principal actividad de los departamentos de marketing, llegando usar esta técnica hasta el 90% de los profesionales del marketing. Y es que tiene su técnica, pues si nos basamos en contar la historia sin más, no triunfa de la misma manera que si conseguimos conectar con el público, crear vínculos, generar respuesta y comentarios en las publicaciones e incluso dejar huella en ellos.
A continuación, te vamos a contar los atributos que necesita tener tu storytelling para que tenga éxito entre tu público:
La publicidad tradicional de anuncios llamativos y con puro carácter comercial dejaron de tener éxito entre el público que se había cansado de ver contenido audiovisual exactamente igual. Nace entonces el storytelling y las marcas se ponen manos a la obra para enlazar este nuevo formato al tipo de contenido que compartían.
Pero el público, siempre exigente, ya no le bastaba con leer historias, ahora querían ser partícipes de ellas e incluso protagonizarlas. Vivir esas experiencias se ha convertido en el principal propósito de un público cada vez más exigente. Por lo que el contenido y el storytelling han tenido que ponerse de acuerdo para crear un nuevo concepto.
Es entonces cuando empiezan a utilizar la experiencia del usuario. De esta manera pretenden que el espectador viva en su propia piel la experiencia humana que crean las historias contadas por las marcas. Por eso, el marketing se enfocó en el usuario directamente y empezó a proporcionarle vivencias reales de las historias que se contaban. Así, las marcas conseguían identificar deseos y exigencias de su público para abastecerlas con productos y/o servicios.
Por tanto, observamos que el contenido es lo principal cuando se encuentra alineado con el público, con sus valores, gustos, necesidades e ideas. Y es entonces cuando el contenido triunfa.